miércoles, 25 de junio de 2008

Made in Perú

Debo confesar, ahora que puedo, que aun no me resigno a vivir en el Perú, por no decir que discrepo ásperamente con el destino que me conmino a nacer en este país que es mi país.
Claro que mi diatriba, considerada así por algunos, tiene un fundamento contundente – e irrevocable.- pues nadie me quita lo vivido y lo sentido, los regalos no muy gratos de este país a mi persona.
Este lugar tan desangelado te somete, te reduce , rompe sueños, te limita, se ríe de ti y no contigo, te azuza a una vida envanecida o a morir en el intento, a buscar un empleo chapucero y a aprender a conformarte, pero sobre todo , esta claro, que si naciste para el arte nunca debiste nacer en el Perú.
Me gusta la literatura, amo la pintura, me declaro fiel amante de la música e incansable enemigo de este país que mira con desdén mis más profundas pasiones, que relega el espíritu vehemente y triunfalista, que otea a sus hijos desde lo alto y a los ajenos desde los suburbios de la alineación, manejado cómodamente por gente con aires leguleyos indiferentes a la miseria y a las almas anegadas de ignorancia.
¿Cuántos caminos podemos elegir? Solo uno y el mío no tiene cabida en esta ciudad,- me atrevo a decir que ni siquiera es una alternativa - las cartas ya están jugadas, las cosas son como son, no las voy a cambiar yo, tampoco me interesa cambiarlas, por que creo que aquí no hay solución, por que aquí nos preparan para seguir y no para guiar y esa mentalidad esta dentro de muchos y se propaga inmensurablemente/groseramente y traspasará nuestras generaciones, para eso nacimos y de eso moriremos.

sábado, 21 de junio de 2008

Fiesta de Monos

¿Has escuchado alguna vez esa horrenda canción q dice : “Estar en la universidad es una cosa de locos, estar en la universidad es una fiesta de monos”? Pues debo decir que pocas veces escuche en la radio una frase tan cierta y memorable y sobre todo que diga por mi lo que pienso de la universidad.
Estudio comunicaciones hace cinco años - siendo este mi ultimo año, lo que se agradece.- y en este tiempo sentí como, quieras o no, formas parte de una institución que no te conoce, que no sabe quien eres, que no sabe como te llamas o en que eres bueno, pero como la ignorancia total no existe hay algo que sí sabe y es cobrarte puntualmente.
Yo trato de no involucrarme en esos duelos interminables por ver cual es la mejor universidad del país, ya que para mi – y a sabiendas que aquí el nivel de la educación es pobrísimo.- todas son igual, todas te venden “conocimiento” y el precio varia de acuerdo al edificio en que quieras estar.
Me ha tocado escuchar –y soportar- a profesores que terminando sus clases en la universidad iban a enseñar a otras universidades, lo que me parece valido por que los sueldos a los maestros no son digamos: humanos, pero que deja dudas sobre si existe diferencias entre una universidad y otra.
En mi universidad pasan las cosas mas locas y extrañas y se que muchos coincidirán conmigo en que fueron cosas locas. ¿Alguna vez haz querido dar un reclamo y te han cobrado por escucharte? – escucharte, no solucionarte el problema.- ¿Alguna vez viste a un guachiman corretear a un alumno por toda la universidad por que quiso entrar a un aula un minuto después de que tocó el timbre?, ¿alguna vez te aumentaron abrumadoramente la pensión por que a tu universidad se le dio la gana de comprar un equipo de fútbol?, ó ¿Alguna vez tu profesora te dijo: debes dar la cuota de 45 soles para que la universidad haga un seminario o quedaras desaprobado del curso? Y así tantas preguntas más que podría seguir planteando y que solo confirmarían que una cosa es lucrar y otra enseñar.

Aprendiendo a escribir.

No sé que tan bueno, o que tan malo, sea para escribir.
Siempre me gustó decir lo que tenga que decir y que los demás no ignoren aquellas conjeturas que deambulan en mi cabeza exasperando mis pensamientos. Encontré entonces que la mejor manera de hacerlo era atravez del acopio de palabras escritas - en donde siento que puedo llegar a ser más sincero que empleando el habla - y me inicié en la aventura nada fácil y retadora de escribir.
Escribiendo canciones empece a aliviar los pensamientos afiebrados de mi interior que querían irrumpir en el mundo exterior. Me sorprendió la cantidad de canciones que podía llegar a hacer - y sigo haciendo- obviamente en un principio la lírica sublime y enhiesta no me acompañaba – y ahora quien sabe – pero la vehemencia si era mi aliada, lo que me ayudaba a seguir y a ignorar los comentarios explosivos e incansables que nunca faltan cuando uno se encamina en algo nuevo.
Dicen que los mejores amigos resultan de la amistad entre viejos enemigos, ya lo creo. La lectura más que mi amiga, es mi maestra – y antes, durante el colegio y los primeros años de universidad, mi peor enemiga.- a ella le debo la mejora y la evolución en mi tarea por escribir. Y como amiga – y maestra – se que seguirá a mi lado ayudándome a ser mejor.
Así continúo y continuaré con mi sueño insufrible por ser un escritor, aunque por ahora sea uno diletante, siendo quizá mi real meta calar en la memoria y los recuerdos de los demás.