miércoles, 26 de junio de 2019

EL LABERINTO TENTADOR

Desde que aprendí a tocar la guitarra a los 17 años, conformé todo tipo de bandas de rock, bandas amateurs, chapuceras algunas y otras bastante voluntariosas. Tuve bandas de música con amigos de la universidad, amigos de mi barrio en Magdalena del mar, amigos que conocí por el amor y fanatismo a los Red Hot Chili Peppers, amigos incluso que conocí por redes sociales. Hice tantas bandas que a veces tenía dos o tres en simultaneo, maldita veleidad, yo siempre tan atolondrado. Ese hecho me permitió conocer a un gran número de talentosos músicos que yo veía, apenado, como se quedaban relegados en el anonimato porque de tocar en bares de dudosa reputación nunca pasaban. 
Después de años de andar en vilo siguiendo una vida de rockero junto a mis amigos, llegué a un punto en donde, estoico, miré al cielo y pensé 'ok, Dios, esto no es lo mío'. Aún así había granjeado tantas anécdotas, tantos recuerdos interesantes y conocido a tanta gente en ese camino que me animé a empezar una novela rememorando de forma satírica todo ello, caricaturizando muchas confesiones las cuales escribía divertido agazapado en la biblioteca de San Isidro apenas terminaba mi trabajo como reportero en Canal 9. Me alegra de haber podido plasmar esa parte de mi vida en una novela que fue publicada un año después y presentada en la Feria Del Libro de Lima del 2017. 



                                    Portada de la novela, editorial San Marcos y Lexiom 2017

NO DEBES EXTRAÑARME

Esta novela que para mí resulta entrañable la escribí en los albores del año del 2013. Recuerdo que aún estaba en la universidad y no sabía bien qué iba a ser de mi vida, sólo sabía que añoraba con ansias locas ver algún día una novela mía publicada en alguna parte. En ese momento recién había salido de la casa de mis padres, vivía solo en un departamento en San Borja. Recuerdo que tenía muchas ganas de escribir una novela larga y llena de palabras raras sobre un chico que amaba en secreto a la mejor amiga de su novia. Empecé mil veces aquél borrador, nada me convencía. Una noche me convencí de intentar escribir otra cosa, ponerle ganas a alguna otra idea, y me dejé arrastrar por contar de manera ligera la historia de una chica etérea, alocada y hippy, inspirada en una chiquilla que había conocido un año atrás muy cerca a mi casa, en Magdalena. La primera noche escribí más de diez páginas de aquella historia, y fue suficiente para que se vuelva una droga para mi por los siguientes 8 meses de mi vida. Cómo olvidar que de día dormía hasta las diez de la mañana; parchaba el almuerzo comiendo en el Mc Donald´s de Guardia civil -en el mejor de los casos-, engullendo Ajinomen el resto de días; y durante la noche, arrellanado en el sofá de cuero, escribía como un demente, como un nefelibata, con la laptop sobre mis piernas, que reposaban sobre una mesita de la sala. Luego, frisando las cinco de la mañana, me iba como un zombi a la cama y prendía la tele para que me acompañe a dormir, viendo medio grogui una novela peruana noventera improbable que recuerdo se llamaba Todo Se Compra, Todo Se vende (llegué a verla entera). Un mes de noviembre terminé de escribir la novela que hasta ese momento se llamaba "Nicolás" y que fue recién al escribir las últimas líneas que cambié el título y pasó a llamarse "No Debes Extrañarme", si han leído el libro, sabrán ustedes a qué me refiero...


                                                  PRIMERA PORTADA DE LA NOVELA




                          2015 SEGUNDA EDICIÓN DE LA NOVELA Y SEGUNDA PORTADA




                  2016  TERCERA EDICIÓN A CARGO DE LA EDITORIAL SAN MARCOS