sábado, 16 de julio de 2011

Se va, se va, c-v

No voy a seguir corrigiendo la novela. Mi cabeza va a explotar. Hoy mismo saco el blog de mi experiencia laboral de mi currículum. Cuantos jefes me deben haber leído; leído las atrocidades que escribo (y no por malas que sean mis líneas, maldito narcicismo, si no porque quién querría contratar a un orate como yo). Seguro me han leído más jefes de empresas que cibernautas aburridos; podría jurar eso; apostaría el poco dinero que tengo a eso: y seguramente ganaría la apuesta.

Hoy este lugar se libera de su ultimo marido mandón: de la conminación que produce escribir medroso porque la dirección del blog está en mi famoso CV, y por ello empresa a la que postule, empresa que me leerá, y leerá las barbaridades que me mando a escribir y hasta mi novelilla Afiebradas Bajezas, y qué bajeza contratar a alguien así, tan pervertido, tan fuchi, no, ni hablar, next, dirán los contratistas, y por eso nunca me llaman del Comercio y, qué va, ni del pujante diario El Chino.

Pero por eso saco de mi experiencia laboral a este, mi sufrido blog, porque mucho roche, ¿no?, si creo que en mi último trabajo mis jefes llegaron a darse una paseadita por acá, y por eso, las señoras coordinadoras y auxiliares y directoras, cada vez que yo me las cruzaba en los pasillos del centro laboral, me miraban de soslayo y respingando la nariz, como quién dice tremendo pervertido que eres oye, mocosin. Sí, señoras, lo soy, ¿y qué?

De repente peco de megalómano, y, no sé, quizá ni mis superiores laborales han visitado este desolado espacio cibernético. Y entonces yo mismo me hago recordar la canción de Kevin (Johansen of course), esa de El Incomprendido, que dice creen que lo observan, pero nadie lo ve.

Bueno, todos los escritores tenemos un poco de ese complejo, y, mirá vos, me digo a mí mismo escritor y no siento vergüenza, no siento ese friecillo congelante que dice “epa, epa, cuidado ahí, no te metas en una secta a la que no perteneces”, tipo cuando me digo artista (cosa que realmente no soy, porque artistas son solo los que salen en la tele). Bueno, me digo escritor y no me desmayo, porque ya publiqué un libro, una novela, jojolete, pues antes de ello, una vez me dije ESCRITOR y me dijeron si tú no has publicado nada, lo que has escrito solo lo conoce tu laptop, y entonces ahí sí, chicos, sentí que se me venía el mundo encima.
Ahora, largo también este blog de mi Hoja de Vida porque, seamos sinceros, ¿quién coño no tiene un blog a estas alturas de la vida? ¿Quién? Tutto il mondo, caro cuore, tutto. Ya es una moda esto, ya es algo cotidiano. Es como tener tu celular o tu facebook, o algo así. Todo el chucho mundo tiene blog y hablan sandez y media y cuentan su vida y ponen sus fotos y sus canciones y ya, ya son filósofos (obvio que yo no, Darling, yo al menos tengo mi estilacho y mi carisma literario, no me junten al ejercito de escritores aficionados que escriben inspirados en Coelho, Bayly, o su mami, please, un poco más de respeto, digo ¿no?).
Bueno, ¿quién me viera? Estoy hecho un engreído, parezco un gay alucinándose Divo. Pero no, para nada. Y me pongo serio, porque esta es una trinchera para el buen intercambio cultural y la sensibilidad; no como esos blog que te venden algo o te hablan de mi perrito que es bien chévere, primito. No, acá no.
Así que cierro una etapa más en mi ligera vida, donde el blog me acompañó en mi experiencia laboral. Y, no crean, también tuvo sus cosas buenas, sus ¡ah, mira, blog de literatura!, ¿escribes?, ¿y de qué?, ¿de qué hablas?, ¿en qué te inspiras?, ¡caramba, un literario!, ¿literario, no?, ¿así se dice, no?, corrígeme si me equivoco, a pesar de ser el jefe soy humano, no soy perfecto. Y tú por dentro te cagas de risa y tienes una victoria pírrica, porque, por más que al final te contraten o no, ya te regocijaste escuchando a un papanatas que sin dinero no es más que estiércol.
Basta de palabrería entonces, manos a la obra (a la cobra que es mi vida). Hasta nunca Blogdeliteratura, suprimir, chao.