miércoles, 12 de noviembre de 2008

Fue ayer y sí meacuerdo.

La tarde de un domingo cualquiera, no podía sentirme más emocionado, iba a conocer por fin al autor de tantas ficticias tropelías, al intemperante de la prosa crispada, al escribidor de cuyas obras soy esclavo.

Trate de vestirme decentemente –creo que no logré-, sólo quería disfrazarme y obviar los guiñapos con los que suelo andar siempre, después de todo, la ocasión lo ameritaba. Salí de mi casa retozando, con dos libros suyos, de mi colección, bajo el brazo, con la esperanza de que me los firmara previa dedicatorio protocolar. Elegí los que más me gustaban, los que había leído dos o hasta tres veces, con una vehemencia fanática.

La cita era en un set de televisión cerca a mi casa, donde el famoso escritor conducía un programa de tv -empresa que lo hacía conocido en Lima y en varias otras ciudades, pero que menoscababa un poquito su talento como escribidor-. Acudí al lugar con un buen amigo que accedió a acompañarme –y a llevar su cámara para sacarnos fotos-. Llegamos puntualísimos, fuimos los primeros parados en la puerta del canal, después de algunos largos minutos, la fila era interminable.

Luego entramos, me senté lo más cerca que pude de la silla desde donde él conducía su programa. Me sentía inquieto, nervioso, apunto del colapso, esperando a que arribe el protagonista de las muchas argucias que yo leí incansablemente.

De pronto, por fin apareció, entró a su set con un aire distraído y hasta algo desdeñoso, saludó a cuatro personas y se sentó en su silla negra para empezar el programa –el cual me resultó bastante lánguido y simplón-. Pero de todas formas, con mis libros a cuestas, yo miraba y escuchaba admirado al autor de fantasías, al elucubrador de vidas.

Cuando terminó el programa, toda la multitud iracunda se abalanzó a empellones hacia el escritor, en busca de un autógrafo o una fotito para el hi5. Mi amigo me recomendó que, a codazo limpio, irrumpa entre la muchedumbre y logre encaramarme hasta el pequeño estrado donde estaba el famoso, pero ese no era mi estilo, yo no quería que me atienda a la volada, quería que conversemos un rato y que me firme bonito los libros.

Así, veinte minutos después, reducido el gentío, subí azorado al estrado del escritor. Él viró su mirada hacia mí y muy afable me dijo tú ya has venido antes ¿no?, con la voz trémula alcancé a decirle que no, primera vez que iba. Acto seguido, extendí los libros hacia él y noté que hizo un rictus de complacencia, alegre porque alguien se dignó en pedirle que le firmara sus libros. Luego, con la voz aflautada, empecé a decirle al escribidor lo mucho que lo admiraba y que tenía todas sus novelas en versión original y que las había leído en repetidas ocasiones y que yo también quería ser escritor y que estaba haciendo una novela. El me deseó mucha suerte y me dijo que tenía contactos con una editora argentina y que podía ayudarme a publicar, yo le agradecí con un copioso número de elogios y arengas hacia su persona. Acto seguido, y después de firmarme los libros, apuntó su dirección de correo electrónico en la última página y me invitó a que le escribiera, se lo agradecí fervientemente.

Finalmente, mi buen amigo, que se reía, a unos pasos, de mis alabanzas y encomios desmesurados hacia el famoso, nos sacó un par de fotos. El escritor impostó su mejor sonrisa, yo hice lo propio. Entre flash y flash, el escritor me dijo que teníamos el mismo peinado, yo tengo esta melena hace años, señor, tampoco me crea una fan enamorada, sin embargo, asentí su afirmación, no quería arruinar el momento. Luego nos despedimos afectuosamente y, retozando otra vez, salí del estudio y posteriormente del canal.

Mi amigo continuaba riéndose, divertido por mi fanática-timorata-aflautada actuación, y sólo se calmó, rato más tarde, para decirme: después te paso las fotos donde sales chupándosela a bayly.

5 comentarios:

  1. Julio,

    Se nota realmente que te gusta como escritor Jaime, realmente se te nota.

    Oye juégame tu correo o mándame el tuyo: hcanari@hotmail.com.

    Para charlar algo sobre Literatura.

    Saludos,

    Harry Cañari Atoche

    ResponderEliminar
  2. En verdad creo que debiste haber mencionado a tu amigo y no solo llamarlo como "mi amigo"

    ResponderEliminar
  3. se te ve mariconazo al lado de el, lo admiras demasiado, te aconsejo que si quieres ser escritor que tu meta sea mas alta, un gabo garcia, un vargas llosa, no un mariconcito que escribe bonito simplemente...

    ResponderEliminar
  4. Esta comprobado que las imágenes en muchas ocasiones son más valeresas, creibles que las simples palabras que se efuman con el viento y con el paso de una memória a corto plazo.Ya que en mi opinión considero q este anecdota en como tu modelo a siguir como escritor te autografió sus libros que como tu dices lo has leido más de dos veces, no sería por la camarita que tu amigo llevo y te tomo, y que muestras para demostrar que en verdad lo que describes con tanto ahínco es sierto es verdadero y no es un floro para que sea creible.
    Pero si tu buen amigo como lo mensionas no te hubiera acompañado y cargado su cámara y dado los alientos a que esperaras q esa multitud de gente despejara al autor para q tú pudieras acercarte obtener su autógrafo y su foto con el y poder conversar unos minutos con él, fueron por ese buen amigo al que considero que deberías agradecerle en público por ser como es contigo y estar contigo en estos momentos de tu vida q creo q son muy importantes en tus primeros pinímos a ser escritos recuerda Julius que el ser sencillo , humilde y sobre todo agradecer a aquellos que nos ayudan es lo fundamental, lo básico para evitar subir los humos y ser de esas personitas q cuando llegan al estrellato cambian por completo y no se acuerdan de los mejores amigos.
    Te lo dice una persona que esta enamorada de la fotografía y que te aconseja ser sencillo y valorar a quienes nos ayudan a realizar esos sueños que nos trazamos en nuestras vidas porq si no seras de esas personas que cuando lo ves dices ablao contigo ...
    Para que veas q en esta oportunidad la fotografía cosa q yo hago valío más q tus escrituras y son necesarias para q te creyeran jaaaa yaq esto es una crítica q una alambanza.

    ResponderEliminar
  5. hay que envidia por Dios, me encantaría poder conocer a Jaime, me encantan sus libros, su programa, su estilo, todo en de él;olvídate de tu amigo, tu sé feliz con tu foto.

    Besitos envidiosos

    :D

    Gracias por la visita

    ResponderEliminar

¿qué opinas al respecto?