lunes, 3 de enero de 2011

La Reina del Swing.

Cuando ella y yo andábamos juntos, nos gustaba bailar. En las tardes calurosas de un verano áspero, ella y yo bailábamos incansablemente: yo como una marioneta mal maniobrada por un orate, y ella dulcemente lindo, demostrándome lo bien que había aprendido a bailar en sus lecciones de baile.

Bailábamos de todo, incluso ese engorroso merengue bullanguero, el cual detestábamos por su melodía circense, llamado La Reina del Swing, y que tú, al moverte a su veleidoso ritmo, hacías algo mágico que me maravillaba porque era como ver a una ninfa en las nubes, y por eso tú adoptaste ese título, porque simplemente eras la reina del swing.

Seguramente no te extrañará el contarte que, cuando nos dejamos de ver, una de las cosas que más extrañé endiabladamente de ti fue verte bailar esa clásica canción, ese ritmo que en cualquier otra se hubiese tornado un cuadro desagradable y tremebundo.

Por algunas casualidades tontas, como las que sabes me suelen pasar a mí, algunos días atrás escuché esa, tu canción, en el radio de un taxi que me llevaba a Miraflores. Cerré los ojos y te vi, vi a mi reina del swing, del amor, de las caricias, de los remoquetes y de las salidas al cine de Primavera.

Te extrañé y me perturbaste. A decir verdad, tu idea me perturbó, tu imagen flotando en mi magro pensar. Y entre algunas cosas, no me pregunté si te volvería a ver, sino cuándo nos volveríamos a encontrar.

Y la respuesta me alcanzó algunos días después, principiando el año, en una madrugada crápula y díscola, lejos de aquí, en una recóndita e incomprendida playa del sur, entre gente pululando como moscas y alcohol bailoteando como el mar.

Estabas a unos pasos de mí, conversando con tus amigos, o con amigos de tus amigos; con tus sandalitas y tu ropa toda veraniega. Y yo te miré pero no te vi, me di cuenta de tu presencia pero no de la de tu alma o la de tu siempre radiante carisma. Es decir, estabas y no estabas, y esa primera impresión me dio una pena tan profunda, una tristeza que me inoculó incredulidad y me conminó a acercarme a ti y, cara a cara, sin temor a dudas, confirmar o desmentir la pena o el alivio.

Capeando viandantes en plena madrugada, me acerqué a ti por detrás. Tú y tus amigos hablaban como grandes patéticos. Temí lo peor. Di unos pasos más y me paré junto a ti, observando tu cabello, tu rostro, tus gestos, con la prudencia que exigía mi escudriñar.

Tras unos segundos me viste, te sorprendiste o fingiste hacerlo, y con un mohín vacío me saludaste para luego marcharte y desaparecer con tus amigos. Y yo confirmé lo aciago y me sentí inmerso en el funeral de lo que fuiste alguna vez.

Cuando di media vuelta y me marché, degusté tu mal sabor, el sabor de la insignificancia que ya nada es. Porque realmente te convertiste en algo tan ordinario, en algo tan frío y aburrido, que te sintonizaste con las tristes y pobres puticas que merodeaban por allí, o que yacían tiradas en el sucio y frío asfalto, cual ratas.

Así que solo atiné a engullir el regicidio, porque la reina del swing ya no existe más, ni la reina del amor, ni de las caricias, ni de los remoquetes; tan solo el sabor indigesto de un recuerdo diezmado a su pobre mínima expresión.

6 comentarios:

  1. Que pena que pienses eso de mi, que hasta me compares con una puta y una rata, tal vez hace unos meses me hubieras hecho sentir mal pero la verdad ya no es de mi interés tu opinión. Tuvimos muchos momentos bonitos, demasiados diría yo, pero aquel día en tu depa murió todo, tu lo mataste y lo sabes, todos los momentos, todos los recuerdos y sobretodo todo el amor que hasta ese día sentí por ti. Ahora ya no queda nada, ni un buen recuerdo de lo que algún día fue, nada! y verte si me sorprendió pero no de la misma manera que antes cuando nos reencontrábamos después de meses, sino de una forma indiferente porque unos momentos antes la vi a ella caminando porque te vi unos segundos antes buscándola, porque te vi desaliñado, pelucón con una mochila que sugería que solo ibas del 31 al 1 para pasarla en el malecón y regresar en la mañana cuando los micros empezaran su ruta. Muy chevere tu post pero te falto poner que me llamaste para vernos supongo, que me llamaste estando con tu enamorada, que yo te dije que te quedes con ella para que tu respuesta muy madura sea soltar una retahíla de insultos y colgar. Fue ahí donde me di cuenta que tú sigues siendo el mismo que llama a una estando con otra, el mismo orgulloso que lo peor que le puede pasar es que lo chotee una chica y el mismo impulsivo que al no saber que hacer insulta y trata de hacer sentir mal.
    Hasta me atrevería a decir que tal vez no piensas eso de mi, que lo haces para vengarte porque te llego que no quisiera verte, porque es tu manera de sentirte mejor, desahogándote escribiendo. Felizmente, Julio, te equivocas porque yo no he cambiado, sigo siendo la misma de siempre la divertida, la burlona, la que se le forma un "hocico" al reir,la que le encanta bailar salsa, la que cantaba con una voz aniñada solo para que tu te rias, la que dejaba que le pongas todos los apodos que querias y porque no la renegona, la fastidiosa la jodida de siempre. Lo único que ha cambiado es que ahora me niego a ser así contigo tu no mereces que yo te trate como siempre lo he hecho, como siempre lo hice, así de simple. Hace meses el recuerdo de Julio Fernandéz se convirtió en un sabor indigesto y me dolió mucho en su momento, espero que no te duela ahora que piensas eso de mi.
    De todas maneras, jamas te desearé algo malo, al contrario, que bueno que estes feliz con ella, que pasen navidad y año nuevo juntos y que como me dijiste hace meses que te hayas vuelto a enamorar y que la ames, te deseo lo mejor de lo mejor. Tal vez algún día, cuando ambos seamos maduros, cuando no haya malos recuerdos entre nosotros, quién sabe, podamos ser amigos.

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  2. Pffff, por Dios!!!
    " Este no es un diario, un hi5 o un alegre facebook" ...
    bacán el testamento, pero no tengo la menor idea de qué rayos me hablas.

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  3. jajajajajaj ok , si tu lo dices..........

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  4. qqqqqqqqqqqqqq?????????????? ¨JULIUS¨ rogando!!!!!!!!! puaj!!!!!!!!!! no lo creo!!!!

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  5. anónimo 1: me temo que sí, yo lo digo...

    anónimo 2: gracias por no creerlo porque, la verdad, no recuerdo si alguna vez le rogué a alguien... creo que en la universidad a un profesor para que me regale unos puntillos!!!!
    en más, el blog es abiertamente una bitácora de un "personaje irreal", y ya se sabe que siempre es peligroso ver cosas donde no las hay!!!, gracias por leerme =)

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  6. Julito después de muchos años sin tener noticias tuyas me encontré tu blog por ahi, me cagué de risa con la respuesta de "Alejandra", hay que juntarnos con la gente pues, a ver si volvemos a tocar "destruir aniquilar"

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